El
Riesling, esa variedad del Rhin central...todavía
indiferente para el gran público ibérico pero a su vez
absolutamente única. ¿Única por qué? Pues por sus aromas y por su
adaptación al crudo clima centroeuropeo. Esos aromas únicos están
muy ligados al terruño, a la geología que nutre al Riesling. Pero,
¿es que Usted va por ahí chupando piedras? NO, la mineralidad es un término subjetivo que evoca suelo y complejidad, en este caso la que
transmite la parcela 'Los Olivos' propiedad de Viñas del Vero (Huesca).
Nota de Cata 2017: Visualmente
sin defectos. La primera nariz se muestra málica, se muestra con
notas de manzana donde se suman los terpénicos después. En segunda
nariz se manifiestan las notas varietales de mineralidad e
hidrocarburos. Y en tercer plano notas de banana, melocotón, naranja
y pradera del pago Los
Olivos.
Entrada en boca semi-seca si estamos finos, que enlaza con un
desarrollo equilibrado entre frescor y redondez. Sedoso medio
cuerpo.También un pequeño toque perlante. Aromas de boca en torno a
la fruta tropical, la mantequilla fresca, los tostados ligeros...
sin dejar de lado los cítricos rebeldes que se alargan y ponen
persistencia.
Nota de Cata 2013: Descorcho casi cuatro años más tardes esta añada 2013
que la DO Somontano resolvió como Muy Buena. Color amarillo
limón con destellos verdosos que procuran mucha carga glicérica.
Aromas intensos que combinan notas de sílex con recuerdos a
hidrocarburo (no sabemos si hay alguna gasolinera cerca de
'los olivos'). Boca franca y sabrosa que eclipsa el mineralismo sobre
las notas primarias por mucho que diga la contra-etiqueta que
melocotón etc... Buen frescor, eso sí que evoca fruta cítrica y
anisados rematando un caluroso final (13'5 %) para una redondez y
equilibrio óptimos. Retro-nasal de nuevo mineral y terrenal. A servir a 13º C.
Nota de cata 2011: En el apartado de vista obsérvese un color amarillo pajizo con reflejos verdosos que van hacia el
dorado. Olfativamente, es decir, en nariz predominan los florales y frutales. Con la acción del oxígeno se unen recuerdos sobre todo fruta blanca
de hueso. En boca una entrada potente (13'5 grados alcoholicos) y afrutada, paso con buena acidez que refresca
toda la boca. Recorrido medio-largo que da un vino redondo y con
cuerpo. Final con una
clara retronasal a melocotón.
Es
lo que se le pide a un blanco, frescura, intensidad, fruta, un mínimo
de complejidad, de misticismo....Muy rico el 2011. El 2013 es un
blanco fresco y 'terrenal' que nunca pierde la amplitud ni la finura.
Puedo confesar que, pasados años (como he dicho desde su
elaboración) éste blanco mantiene expresión en boca, buena acidez
y una gran franqueza entre aromas y sensaciones gustativas. La 2017 es un vino diferente, marcado por la manzana y aun así correcto. Precio que acaricia los 10 euros. Pruébenlo,
al menos por marcar una frontera entre los Riesling centroeuropeos y
los del Alto Aragón...entalto!!
Y tu nos envidias? jejeje...
ResponderEliminarNos extraña la falta de notas tipo goma, petróleo, y minerales que suelen describirse en este cepaje. Aquí, en los pocos Riesling que hay, lo hemos encontrado (aunque nos gusta a medias). Por lo que leemos, este va por el lado de la fruta... e imaginamos tiene que ver con su origen, no?
Abrazo grande y salute!
Pues el poquito Riesling que he probado me ha transmitido sobre todo aromas florales y frutales, eso sí, en alta intensidad. También es cierto que tal vez el auténtico Riesling germano tenga esas notas que me describes, porque el poco Riesling ibérico que hay procede de la zona de Cataluña y Aragón (como el de este Viñas del Vero) y tal vez por esa adaptación se va más por el lado de la fruta.
ResponderEliminarQué interesante debe ser el Riesling argentino, el cual me imagino que estará cultivado en el sur del país cerca del Polo. De momento, me coge más cerca Alsacia en Francia, a donde no descarto pasarme en un futuro a empaparme de este 'cépage'.
Un saludo y gracias por los comentarios