Elegí este
tinto por su coupage de Syrah con Parraleta (para algunos misma variedad que Graciano). Ambas dos extraídas
manualmente de la finca 'Crucelós', de terrenos pedregosos, rojizos
y calizos con altitud de 650 metros. La elaboración se ha hecho
fermentando a baja temperatura y con posterior crianza en barricas
sobre lías por 5 meses más otros 7 en botella, así lo dice su
contraetiqueta.
Nota de cata: Visualmente se aprecia una apa media alta con borde rojo ladrillo. En nariz fruta
roja y sotobosque en primer plano y despues una tímida
barrica. Al llevar a boca su entrada es potente y etílica (14º), el
desarrollo con predominio de notas maderizadas. Buena acidez que limpia la boca haciéndolo gastronómico.
Muy afrutado pues y carnoso en boca, invitando a volver a llenar la
copa.
Creo que ya no se produce este vino. Me ha
sorprendido esta variedad autóctona de Huesca, tal vez demasiado
enmascarda por la madera, pero junto a la gran Syrah queda un vino
goloso a la par que estructurado, con volumen en boca. Ideal yo
pienso para carne de caza, pollo al chilindrón, conejo guisado, etc
No hay comentarios:
Publicar un comentario