La
variedad Albariño es quizá la más popular del norte de
España y la reina indiscutible del vino gallego. Hay distintas
teorías sobre quién la llevó a Galicia, para unos, los romanos,
que cruzaron el río Limia sobre el año 137 antes de Nuestro
Señor Jesucristo, para otros fueron los monjes de Cluny
quienes en el siglo XII plantaron esta variedad en A Armenteira.
Hay quien dice que proviene de la Borgoña y otros, que se trata de
un descendiente de la variedad centroeuropea 'Riesling'.
El
Albariño necesita oler el aire del mar, esto bien lo saben en las
regiones de Salnés y O Rosal, donde sus monovarietales
alcanzan la excelencia. Otros factores importantes aparte de la
proximidad al Atlántico es el gusto por los suelos que drenen
bien, mejor si son arenosos, pobres y con bajo pH.
Climáticamente, el Albariño prefiere entornos frescos, suaves
(entre 12º y 15º C), húmedos con precipitaciones bien repartidas
durante el año y una corta oscilación térmicas día/noche (que se
va perdiendo a medida que nos alejamos de la costa).
El
Albariño es una casta de brotación precoz, fuerte vigor y elevada
fertilidad. No es muy sensible ni a la Botritis ni al mildiu (hongo
que engrisece pámpanos y racimos) pero sí al oídio (otro hongo que
está a sus anchas en climas húmedos y que exige a veces hasta diez
tratamientos al año). Si todo va bien, sus mostos dan un alto
parámetro en azúcares, acidez y aromas. Se suele preferir su
cultivo en espaldera, evidenciando una mayor densidad de plantación
frente al emparrado, así como mayor aireación de la vid (bajando el
riesgo de contraer mildiu y oídio) y fija mejor las cantidades de
málico. Entre los 1o y 2o años es cuando las vides de Albariño
expresan lo mejor de sí :
Nota de Cata 2021: Esta añada, disfrutada a finales del '22 muestra el amarillo pajizo de veces anteriores. En nariz predomina el carácter salino-mineral que enamora a los amantes del Rías Baixas, esta vez matizado por recuerdos de fruta cítrica frescamente cortada. Desde la entrada en boca ya se nota el buen frescor. Los aromas de boca herbales, de pradera y después cítricos despiertan el paladar con brío. 12% vol que confirma su tendencia al frescor. Vibrante, afilado con ese pH bajo ahí. El final también bastante mineral deja un conjunto marcado por la tensión omnipresente.
Nota de Cata 2018: Mismo color que en anteriores añadas. Lágrimas especialmente densas. Minúsculas burbujas en suspensión que confirman una fijación del CO2 por las lías. En nariz a tope de clementina, lima, limón y cítricos en general. Entrada redonda en boca, desarrollo afrutado en torno a la blanca de hueso. Notas herbales y salinas tras la fruta. Buena tensión como es de esperar en un RRBB pero más goloso cortesía del cambio climático (**13% vol.). Cierto volumen. Final aún redondo con un melocotón, pavía y albaricoque maduros rubricando una añada cálida que atenta contra el frescor habitual de este Gran Vino.
Nota de Cata 2014: Visualmente un color amarillo pajizo sin defectos. Nariz intensa y varietal donde
asoma en primer lugar la lima, el limon y la salinidad de los suelos
graníticos y aluviales. Más tarde se suman notas de azahar y
recuerdos a pradera pontevedresa tras la lluvia de abril. Boca
fresca, ligera en su desarrollo, muy elegante, con un nervio presente
que pone de manifiesto su pH.
La fruta sigue apareciendo en forma de lima, pomelo, limón así como
ecos herbáceos. Final cálido (**12 % vol.) y retro-nasal con más
fruta cítrica.
Bacchus de oro 2015 para este trocito de Rías Baixas embotellado (añada '14). Para la añada 2o18 un Oro en el International Virtus. Aparte de ello, una referencia consagrada en las grandes superficies españolas (9 a 11 euros) y seguro que en el resto del mundo también. Bodegas Martín Códax, a las afueras de Cambados y a escasos 3 km de la ría de Arousa, es de donde sale esta referencia. También son del grupo Martín Códax dos referencias son muy consultadas en este blog y ambas de la colección CEO : CEO Albariño y CEO Godello (éste último con una relación calidad-precio genial).
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