Anayón Garnacha 2015 (DO Cariñena): ¿de verdad viñas viejas y altura merecen tanta madera?

No hace mucho hablábamos de uno de sus vinos cuyo artículo llegó a más de 50 visitas en sólo 7 días. Cifras de escándalo. La Garnacha de la que vamos a hablar no es un escándalo precisamente. Es la botella nº 1740 y responde como el resto de la tirada a una Garnacha de Viñas Viejas en altura que, por sus bajos rendimientos a propósito buscados, puede ser envejecida en las barricas de robles de Cariñena embassadors.


Nota de Cata: Miramos la copa y vemos la media opacidad típica de la Garnacha pero donde destaca una lágrima lenta que esconde densidad. En nariz la profundidad aromática desvela un registro empireumático propio de una crianza, recordándonos los olores del eucalipto y los ahumados. Después llega la fruta madura junto a ecos florales. En boca entrada afrutada y golosa. Desarrollo de buena estructura, señorial y sedoso. Su calidez (14'5% vol) , propia de la Garnacha, sorprende por no ser agresiva. La fruta negra madura comparte espacio sensorial con las notas de envejecimiento de 10 meses en francés y americano. Un muy largo final en cuanto a persistencia donde vuelven notas terciarias cuales eucalipto y desván de tu abuela.


En España a cualquier vino lo etiquetamos como afrutado y en blanco como mineral, pero con el peso de las sensaciones de crianza que hay en este tinto ni de broma lo catalogaríamos como 'tinto afrutado'. Pero el marketing es el marketing. Sería un vino afrutado en cuanto que procede de una fruta que se llama uva, pero vale. Un ron-limon tambien sería afrutado para los amigos de GVV tal vez. Su precio de entre 15 y 20 euros ya marca las pretensiones cualitativas del producto. Como maridaje las carnes asadas o guisadas de cordero y ternasco que da Aragón. 


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