Primícia negre criança 2018 (DO Terra Alta): la història de Batea a través d'aquesta Garnatxa i Shiraz

Batea no es sólo la localidad de origen de este Garnacha – Syrah, es donde además se asienta desde el s. XV la casa Català, un edificio histórico perteneciente al Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Pero más antiguo todavía es un documento medieval encontrado en su interior: una orden del maestre templario Ponç de Rigalt del s. XIII. La huella templaria fue muy pronunciada en la actual comarca de la Terra Alta, y sus pobladores agradecía a las comandancias templarias con ofrendas agrícolas o primícias para San Miguel. Siglos después la primícia se mantiene pero son los chicos del Celler de Batea y su enóloga Patricia quienes la ofrecen a los que valoran el vino artesano y con origen.

Nota de Cata: Un diseño de la etiqueta lleno de matices y detalles que predisponen a disfrutar un buen producto. Visualmente una buena extracción en bodega que siempre exige la Garnatxa. Un disco más joven que evolucionado confirma la añada. En nariz la fruta madura cohabita con terciarios (6 meses de criança). Con la oxigenación gana complejidad y nos evoca notas florales, tierra humeda, hojarasca de sotobosque sin olvidar los arbustos con frutas de las afueras de Batea. Entrada de delciosa redondez. Desarrollo increíblemente sedoso que es lo mejor del vino para nosotros. El frescor va de menos a más dejando el protagonismo a su media estructura. Goloso sin perder de vista la fruta. Un final animal y de calidez domada que deja un vino tan expresivo como elegante.


Un magnífico vino del Celler de Batea que pone en relieve la riqueza de sensaciones y la seriedad. Altamente recomendable dado su excelente relación calidad-precio de poco más de 5 euros. Y por detalles como estos las pequeñas regiones vitícolas se hacen grandes y no me refiero en superficie. Atentos todos los amantes del vino de calidad a lo que se produce en Terra Alta, región emergente que es mucho más que Garnatxa Blanca. Muy interesante referencia para guardar y ver qué matices desarrolla de aquí a 8 años ¿la fruta madura, los terciarios, las notas de terroir?. A disfrutar a 13º C frente a elaboraciones locales y regionales. Como maridaje local las Carrilleras con salsa del restaurante Ca L'Antoni en Batea. Un match de proximidad sería unas Chuletas de ternasco con guarnición de patata natural y pimientos de la huerta del Ebro.

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