El valle del Maipo es una sob-zona vitícola chilena situada en la región del Valle Central, ya muy cerca de Santiago. El clima mediterráneo de este valle es muy óptimo para el cultivo de la vid permitiendo la existencia de variedades bordelesas, burguiñonas e ibéricas. Precisamente una de las bordelesas es la Merlot, que en la Gironda completa el trípode clásico junto a los dos cabernets. El Merlot es una uva de segunda época (madura antes que el Cabernet), es un cruce del Cabernet Franc y la Madeleine y prefiere los suelos fríos generalmente. Raramente se trabaja en monocépage pero Santa Ema va a intentarlo ¿ que podría salir mal ?
Nota de Cata: Un Merlot de capa media-alta. La larga crianza hizo perder algo de color, justificable. Los tonos comienzan a evolucionar hacia el color teja. En nariz una media-baja intensidad donde predomina la fruta madura. Los terciarios van secuestrando poco a poco a esa fruta que en un primer momento fue protagonista. En boca una buena estructura pero aún más buen frescor que lo hace tecnológicamente sospechoso. Amplio y carnoso como punto positivo. Aromas de boca comandados por una especia dulce (canela sobre todo) que eclipsa la fruta y deja asomar un lado empireumático. Final donde todavía llega esa especia dulce, tanino fundido y vol. de 13%
Pues tantas cosas han salido mal como kilos de madera se han aplicado a este vino. Una pena pero no hay que llorar sino simplemente aplicar crianzas más cortas (en este caso se realizó durante 10 meses) o evitar infusiones desmesuradas con chips enológicos. Volviendo al valle remarcar que ya dispone de una ruta del vino propia que además es una de las más interesantes de Chile. Se pueden visitar bodegas como Concha y Toro, Santa Rita o Undurraga. Este gran reserva valorado en unos $12 aproximados puede maridar con platillos de la gastronomía chilena como un buen Tomaticán o carne molida con papas y chile verde.
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