Del
último Salón del Vino de las Piedras celebrado en el
Auditorio de Zaragoza el
pasado Abril a inicio de Semana
Santa pude extraer varias conclusiones. Buena oportunidad de
probar varios vinos de la DO. Las tapas lamentables, pseudo-snob, que
ni las/os camareras/os sabían distinguir (con lo poco que cuesta
currarse una croquetas, unos montaos, un jamón batido, un rulo de
cabra con confitura...en fin). El precio era 2'50 por copa + “tapa”
(…) , ahí lo dejo.
El emplazamiento, amplio y limpio, todos hemos
estado alguna vez en este recinto, adecuado para celebrar este Salón
que al final se llenó; había mesas altas con taburetes altos 'tasca
style' o también mesitas para el terrazeo, luego, la barra con
las/os pingüinas/os detrás. El servicio en sí, había de todo:
chicos, chacos, pero muchas tanto a mí como a otros clientes
no sonreían (cosa unida a su función y a su retribución) y les
faltaba un punto de seguridad en torno al vino, hablo de vértigo
hacia hablar claramente de éste, de una mínima noción de
enología así como rotundidad para recomendar y diferenciar entre
todos los caldos. La rematadera fue la clausura a las 23:00 horas (…)
Y no voy a hacer más leña del árbol caído (árbol que conozco
además).
La
calidad del producto difuminó lo regular del servicio. Entre gente
del sector y risas cumplimos la asistencia a este evento joven y sin
pulir aún pero que con la llegada del buen tiempo primaveral
garantiza un buen rato. La valoración para esta publicación se
refiere al vino que más gustó, un blanco con barrica muy esperado por toda la
parroquia y muy deseado (Bodegas Grandes Vinos y Viñedos de
Cariñena).
Nota de Cata: Amarillo dorado sobre capa muy baja. Olfativamente notas
de barrica y en un segundo plano flores y herbáceos. Alta
intensidad. En boca entrada dulce (14% vol.) , desarrollo sedoso con una acidez
controlada. Final largo pero con un ligero amargor para dar
complejidad a este monovarietal Chardonnay. Lo que más me ha gustado son los
aromas terciarios, de crianza, que suponen un plus, una distinción
respecto a la mayoría de blancos del mercado.
Si
estáis aburridos de los blancos secos de siempre probad este que os
aportará nuevas sensaciones. Según su enólogo (Marcelo Morales), en un blanco elaborado como si de un tinto se tratara. Tanto la fermentación
alcohólica como la fermentación maloláctica se han ejecutado en
barricas de roble y su posterior crianza ha durado 6 meses.
Interesante.
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