Ya hace tiempo que descubrí los vinos de Almansa a través de bodegas Atalaya,
una de las pertenecientes al grupo Orowines,
de la familia Gil de Jumilla, y de también Jorge
Ordóñez,
grupo empresarial con bodegas en Zamora, Montsant, Rueda (de donde
salió Shaya
2012)
o Ateca en Zaragoza (de donde salió el Honoro
Vera).
Tras probar su versión jóven (Laya 2013),
nos encontramos con esta cuvée que también está vinificado con
Garnacha Tintorera y Monastrell.
Nota
de Cata : Muy
alta capa de color cereza madura con coloreada lágrima gracias al
predominio de la Garnacha Tintorera (conocida como Alicante en Francia). En nariz fruta negra madura,
regaliz, especia dulce, un poco de balsámico (crianza de 12 meses en barricas de robles franceses) e incluso un puntito
animal. Entrada en boca etílica y afrutada (mora, ciruela...), buen
cuerpo y recorrido. Retronsal donde vuelve la fruta en compota pero
acompañada de unas notas de caramelo.
En general es la apuesta
del sudeste español, ¿no? Mucho color, mucho volumen, mucho grado
alcohólico, variedades autóctonas... No seré yo quien juzgue el
perfil de vino que se ha elaborado toda la vida en Almansa,
Murcia, Alicante, etc. El pvp es de 10'50 euros y lo recomiendo a
quienes gustan de los tintos con las características recién
comentadas.
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