¡Qué
grande Bach! Maestro del estilo barroco e impulsor definitivo de la
música erudita. No sólo marcó un antes y un después en el género
barroco sino que hasta ahora nadie le ha superado en su estilo.
Johann Sebastian se definía a sí mismo como un instrumento de Dios,
y no es para menos en un hombre que le pegaba a todo y experimentaba
como nadie. Para perderse en sus composiciones nada mejor que un
blanco catalán como éste, elaborado con Chardonnay, Moscatel y
Xarel·lo.
Nota de Cata: Nariz muy intensa y varietal para el Moscatel y el
Chardonnay por lo que está muy muy presente la fruta blanca de
hueso. Después se acoplan notas herbáceas, flor blanca y de
manzana. Entrada dulce y suave que enlaza con una buena carga
frutal, con protagonismo para el melocotón, sostenida por la
correspondiente acidez. Final marcado por esos 12'5 grados junto
a una acidez punzante que alarga y equilibran todo el conjunto e
invita en la retronasal a la fruta blanca de hueso de nuevo.
Vino
muy logrado para el pvp que tiene (3'15 euros), que lo hacen
una referencia con muy buena relación calidad-precio porque cumple
en todos los sentidos. Buen comportamiento en boca como lo tuvo su versión semi-dulce y una buena excusa para degustarlo con una paella
de marisco, una lubina en papillot con sus verduras salteadas o en
solitario escuchando Bach junto a la
chimenea mientras llueve ahí fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario