La
fuerza de la tradición ha acompañado Valdepeñas durante su
historia: leyes de protección de la viticultura en el siglo XIV y
principal productor de vino español en el XIX lo demuestran. Este
sueño se truncó con la filoxera, obligando a empezar de cero a
todo el tejido industrial vinícola hasta que a raíz de la creación
en 1932 de la DO Valdepeñas, ésta volvió a levantar cabeza.
Nota de Cata: Capa baja y disco definitivamente rojo ladrillo pues
parece ser que ha pasado 24 meses de envejecimiento. Baja intensidad
en nariz donde hay más cuero (incluso sulfuroso al principio) que
fruta, más terciarios que primarios. Boca corta, de notable
acidez que se manifiesta enseguida aportando más ligereza que
volumen. Final todavía ácido y cálido evidenciado por sus 13
grados. Retro gusto para la especia dulce.
Este
vino no es un Gran Reserva, este vino es una cosa que ya veremos en
su momento cómo se trata. Me quedo, sin salir de Bodegas Cruzares,
con su versión reserva que es mucho más interesante sobre todo en
nariz. Ya ven ustedes que me ha defraudado este “GR”, y eso que
tampoco esperaba mucho por 2'99 euros.
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