Los
visigodos llegaron a la península ibérica en el 412 d.C. con el
rey Ataulfo a la cabeza. Esta dinastía estableció su corte en
Barcelona y después en Toledo. Durante sus 3 siglos de estancia en la
península consolidaron la unidad estatal hasta la llegada de los
moros que entraron aprovechando la guerra civil entre los partidarios
de Rodrigo y Agila II. Unos 1605 años después han de aparecer los
frizzigodos: estos individuos se asentaron en La Seca
(Valladolid) y elaboraron un Verdejo frizzante para conquistar a
las/os amantes del vino suavecito con un poco de aguja.
Nota de Cata: Burbujas que conquistan la copa al abrir el tapón de
rosca. Nariz intensa y perfumada: pera, manzana, fruta blanca de hueso
y sobre todo melocotón. Entrada en boca semi-dulce, ligera,
femenina. Es fácil de beber
(8% de grado alcohólico). Desarrollo en el que impera la fruta
tropical matizada por una aguja sutil y una acidez también
integrada. Protagonismo para la sedosidad y amabilidad. Final corto
que evoca más fruta exótica junto con notas herbáceas.
Fuera
bromas, un blanco agradable y simpático para tomar en cualquier
ocasión. Gustará evidentemente al público que aprecia los blancos
muy aromáticos y con poco grado alcohólico. Está a la venta en un
conocido supermercado alemán cuyo nombre empieza y acaba por la
letra 'L'. Su precio está sobre los 3 euros, haciéndolo una
opción más. Sin salir de este perfil de vinos ni de Valladolid ni
de este blog está Esencia 27, que también es Verdejo pero premiado
y que recomiendo desde aquí.
Esta mu gueno el vino. Es dulce como mistela
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