Si
no han leído nuestro último artículo sobre la Denominación de Origen Calatayud
háganlo para entender la calidad de sus vinos. En dicho dossier se
subrayan las particularidades geológicas y orográficas de esta
santa tierra que Alfonso I regó con sangre mora en el 1120 después
de Jesucristo. Enológicamente hablando la Garnacha
Tinta
es la reina de la D.O. gracias a su buena adaptación. Esa misma
variedad es la protagonista de este tinto y sale desde
bodegas San Alejandro
(Miedes de Aragón).
Nota de Cata 2019: Despiero esta añada el 8M del 2021, encontrando una fase visual similar a la de añadas anteriores. Una nariz de buena intensidad donde ecos forales, lácticos y fruta en su punto de madurez predominan. En boca una entrada muy golosa con un frescor que confiesa añada reciente. En su desarrollo la intensidad, la riqueza y su calidez no riñen para nada con una gran facilidad para ser catado. Final especiado donde vuelve la fruta, esta vez más madura, y deja un conjunto delicioso.
Nota de Cata 2018: En vista muéstrase una capa cubierta y disco joven lógico. Buena capilaridad se ve en la copa. Aromas láctico en nariz: yogur de arandanos en primera instancia, fruta roja, frambuesa y flor azul como acompañantes. Entrada redonda. Desarrollo goloso, con buen frescor. Más densidad que estructura. Como aromas de boca se evocan los de la mora y frambuesa salvajes, en su punto de madurez. Ese sello láctico tan marcado ahí. Final largo, especiado, terroso y cálido de 14 voltios para otra añada riquísima.
Nota de Cata 2018: En vista muéstrase una capa cubierta y disco joven lógico. Buena capilaridad se ve en la copa. Aromas láctico en nariz: yogur de arandanos en primera instancia, fruta roja, frambuesa y flor azul como acompañantes. Entrada redonda. Desarrollo goloso, con buen frescor. Más densidad que estructura. Como aromas de boca se evocan los de la mora y frambuesa salvajes, en su punto de madurez. Ese sello láctico tan marcado ahí. Final largo, especiado, terroso y cálido de 14 voltios para otra añada riquísima.
Nota de Cata 2017:
En vista una alta opacidad, con disco en juventud confesando añada y
lágrima lenta anunciando cuerpo. En primera nariz fruta en su punto
de madurez. Con la oxigenación se concreta la fruta roja acompañada
de ecos lácticos, minerales y de flor azul. Entrada golosa y
afrutada, desarrollo envolvente, seductor y de corte muy floral.
Fácil
de beber gracias a su textura sedosa.
Frescor integrado que evoca una paleta de frutos del bosque maduros
sin caer en compotados. Final todavía afrutado, de tanino suave y
retro-gusto limpio que nos despide con sensaciones de frambuesa y
flores silvestres.
En
tan interesante artículo me permito hablar también de dicha bodega,
la cual tuve el placer de conocer y de donde me llevé otro de sus
vinos (Baltasar Gracián Viñas Viejas) que honrra nuestro blog. Pero
nada que ver con este Viña Miedes que es distinto. Su precio, de 3'15
euros
es altamente recomendable y pueden abrirlo desde ya o hacerlo esperar
hasta 5 años. El servicio adecuado queda en 13º
C
y como maridaje acepta toda gama de pastas, arroces , carnes de caza
menor y volaille.
Como match más trabajado estarían los
garbanzos
con congrio
que propone el Mesón de la Dolores en el mismísimo Bilbilis.
Prueben y comenten.
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