Susana (sempre...) roble 2018 (IGP Mallorca): mi historia de amor a través de ella

Susana sempre... en mi memoria. De cuando nos veíamos durante aquél verano en Mallorca. En tu forma de abrir la puerta sin mirar antes por la mirilla y después esperarme con la puerta entreabierta. En la elegancia para llevar el Manto Negro mientras me conducías a tu alcoba. Sempre recordaré el movimiento de tu Merlot. Me preguntabas qué tal la semana, yo contestaba con obviedades cual conversación de ascensor. Qué más daba, íbamos a lo que íbamos. Sempre. Nunca olvidaré tu precioso Cabernet Sauvignon asomando con provocación... y poco a poco mi sacacorchos del amor también.

 

Nota de Cata: Miro la copa y aprecio una media opacidad y una orillita rojo ladrillo que marca un comienzo de evolución. Cualquiera diría que se trata de un 2015. En nariz la fruta fornica al roble, una fruta en su punto de madurez, la de los bosques de la isla en cuyos árboles grabé tu nombre. Media intensidad aromática. Una boca seductora por su viveza, por su media estructura, por su persistencia y por su profundidad. A destacar el volumen de sus atributos, su intensidad y firmeza. No es pesado, es largo. La fruta negra casi madura cubre la calidez (12' 5 % vol.) y el tanino. Un final con un delicado chorro del roble (6 meses en francés y americano) y de especia que deja saciado, satisfecho y extenuado.

 



Los 9'80 euros han merecido la pena y aquellas tardes de verano en la costa mallorquina también. No nos volvimos a ver más. El sempre se convirtió en nunca. Probé otros sabores, otros caprichos, pero en ninguno encontré tu intensidad ni tu forma de hacerme disfrutar. Dicen que con el tiempo vamos a mejor, pero la que ví en tus redes sociales ya no era la Susana de sempre, sino una Amparo, Concepción o María Jesús de la vida. Te fuiste a Barcelona, te casaste con un empresario del vino y tuviste 3 hijos por lo que ví. Ya no hablabas de lo que hablábamos sempre, de libertad y de equidad, ahora lo hacías de muebles, detergentes y programas del corazón.

 

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