Nota de Cata 2019: Amarillo pajizo como los campos vallisoletanos de Rueda donde se asienta la planta embotelladora de de Félix Solís. Una nariz aromática donde caben recuerdos de salvia, mandarina, cítricos frescos y otros herbales varietales. En boca una entrada tensa confesando añada joven. Desarrollo redondo y con una carga frutal en torno al melocotón, al alberje, al durasno y la fruta cítrica. Textura sedosa y femenina con una tensión civilizada. Final dulzón y tropical, con un sutil amargor que vuelve a poner en escena la naranja y limón maduros. No se nota a priori sus 13% vol. de alcohol.
Un Rueda varietal y reconocible de 4'89 euros pero que cae en los grandes circuitos comerciales y en el capitalismo más frío y mecánico. Con eso de lado un óptimo Verdejo que puede ir bien con unas croquetas de calamar en su tinta o unas empanadillas caseras rellenas de txangurro en el bar Paco de toda la vida. Su servicio recomendable es de 11º C para acentuar ese frescor del que a veces adolecen los blancos de Rueda. Si quieren visitar la zona de Rueda empiecen por el pueblito de Nieva en la provincia de Segovia. Su romería en honor a San Marcos el 25 de abril permite ver a abuelas de 65 años hasta el ogt de verdejo y tempranillo.
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