El sur de la denominación de origen Montsant es la zona más apta para las grandes producciones y los rendimientos más altos de Garnacha y Ull de Llebre. La torridez de su clima y la rusticidad de sus suelos basados en arcillas permiten sacar al mercado un tinto competitivo destinado al supermercado de barrio. Y lo sacan desde Portal del Montsant, al sur de Falset, una bodega que antaño fue la Cooperativa de Marçà. La materia prima pertenece a los viñedos a 400 metros de altitud que rodean el monastero cisterciense de Santes Creus, en Aiguamurcia.
Nota de Cata: Una vez en copa este Monte Santo muestra una capa media-alta que confirma variedad, un ribete violáceo que verifica añada y una lágrima densa que confiesa graduación alcohólica. En nariz la fruta negra en media intensidad se alía con ecos de especia y cuero. En boca entrada redonda, desarrollo cálido (13'5% vol) y afrutado sin aparcar la redondez. La estructura de medio cuerpo pone en relieve las notas especiadas consiguendo eclipsar los terciarios propios de los 8 meses en francés. Un frescor en equilibrio que se agradece y resta pesadez al conjunto.
Gleva States concede un valor de 5'99 euros donde se incluye una démarche en viticultura tradicional y sostenible. La cruz de Lorraine es el emblema de este vino y de la aldea de Aiguamurcia, y es que en el Montsant siempre ha habido una espiritualidad que no se percibe en otros viñedos vecinos. ¿Vino de dioses o vino de curas? Pues ninguno de los dos oiga, tal vez vino de ama de casa que decide coger un tinto nuevo. Como maridaje, precisamente las elaboraciones de esas señoras para el día a día: se me ocurren unas croquetas de pollo o unas lentejas con butifarra y morcilla.
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