Nota de Cata: Juventud y color no están reñidas una vez en copa, donde destaca una buena extracción. En nariz se vive un pulso reñido entre los aromas primarios y los aromas aportados por infusión de chips: regaliz, fruta negra sobre-madura y especia dulce todo en media-tímida intensidad. En boca una entrada seca con sensaciones muy marcadas de terciarios exógenos. Desarrollo muy cálido (14'5% vol) donde convive en media estructura la especia, la regaliz y en menor medida una fruta con más juventud que personalidad. Final con un tanino típico del Tinto Fino que invita a guardar dos años más o incluso a no comprar este vino.
Un vino que más que la firma de Benito y compañía es su garabato. Un garabato con buen frescor, mejor color pero demasiado enmascarado por sacos y sacos de chip enológico que quieren hacer creer que ha pasado 8 meses en barrica. Su precio de 4'99 euros le delata pero para eso están los blogs, para advertir y avisar a quienes piensan que por ser un Ribera del Duero es sí o sí un vino de calidad. Para calidad los maridajes que les proponemos aquí: croquetas caseras de jamón en el bar Pepe hostal de Campaspero. Y sino una tabla de quesos en el café Torero, el bar con el mejor ambiente de Peñafiel.
El garabato es un vino que no llego a entender. La verdad es que me sorprende el precio
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