En 1510 el aragonés Fernando el Católico decretaba las bases del vino de Alicante, pues a comienzos del s. XVI, desafíos como la expansión Mediterránea, organizar la Liga Santa y ganar presencia en el norte de África bien necesitaban litros y litros de Monastrell y Bobal para el ánimo de las tropas. Más de cinco siglos después la D.O. ha evolucionado, presumiendo de rosados frescos, tintos intensos y blancos golosos como este Chardonnay – Moscatell para la delicia del amante de la gastronomía mediterránea.
Nota de Cata 2020: Un color amarillo limón visto desde la barra de un bar de Javea, la lágrima densa y transparente confiesa calidez. Una nariz aromática volcada hacia los recuerdos de camomila, florales, tropicales y pera madura. Una delicia. En boca una entrada seca. El desarrollo saluda con notas de clementina. Después, un frescor integrado, evocando toques herbales y cítricas con su simpático amargoso recordando a la naranja de Valéncia. Sus 3 meses de crianza no marcan el conjunto. Final denso, siempre seco, que vueve a traer toques de piel de cítrico.
Un vino delicado y elegante listo para seducir en las playas de Alicante, salido de las 15 hectáreas del proyecto familiar Finca Collado, aldea de Salinas más concretamente. El Alto Vinalopó, tierra de castillos, parques naturales y playas también dispones de una gastronomía capaz de maridar este blanco valorado en unos 8 euros. Ud lo disfrutará con el famoso Arroz con bogavante y paella de rebollones del restaurante Roca (Aspe). Como segunda opción un saquito de sepia verduritas y gamba si va Ud con la parienta. ¡ Salud !
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