Otero, entre Talavera y Toledo city, es donde encontramos Finca Constancia. Esta bodega ha conseguido desmarcarse de la mayoría de vinos de la D.O. Méntrida y del château que el marqués de Griñón posee en Malpica de Tajo. ¿Cómo? A través de una concepción del vino distinta y basada en la biodinámica: una técnica agrícola creada por Rudolf Steiner que se alinea con los ciclos vegetales naturales de la vid dando resultados que con viticultura convencional serían impensables. El bueno de Steiner y el desarrollo de esta técnica bien merece un brindis con un Cabernet Sauvignon toledano.
Nota de Cata: Capa bien cubierta como corresponde en una variedad polifenólica como el Cabernet Sauvignon. Su lágrima densa y coloreada confirma sus 14 % de vol. En nariz un perfil aromático en torno a las notas de baya salvaje como la frambuesa, que se entremezclan con notas de guinda en licor mandan. Entrada redonda en boca. Desarrollo digesto pero con carácter y un muy buen frescor. Aromas de boca que van desde notas de chocolate negro a otras de cedro sobre un fondo de terciarios (3 meses en barrica) que persiste hasta el final en clave de tostados y cacaotés.
Una técnica de agricultura que es patrimonio universal bien merece una cuvée, que además tiene un precio low-cost idóneo para esta época de desaceleración sin fin. La maestría de esta finca trabajando tanto monocépage como caldos de ensamblaje son la muestra su poderío en la comarca de Torrijos. Un vino recomendable para el famoso venado en salsa del bar La Estrella (La Puebla de Montalbán). Muy gustoso para empujar el churrasco de ternera del bar El Palacio (en Burujón, Toledo). Como último match el clásico chuletón del mesón El Lobo (Escalonilla, Toledo), ¡ os están esperando !
Tiene buena pinta! Un saludo
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