Anayón Moscatel barrica (DO Cariñena): el secreto mejor guardado de Encinacorba no está en su Iglesia

La aldea de Encinacorba es una localidad satélite de Cariñena, la cabeza de comarca del Campo de Cariñena. Este pueblo de la España vacía se encuentra en una posición inmejorable en cuanto a viticultura, pues se sitúa a las faldas de la Sierra de Algairén (accidente geográfico de referencia en la comarca). Las variaciones de altitud permiten cultivar casi todas las variedades permitidas por la D.O: una de las más representativas de la zona es la blanca Moscatel de Alejandría, de origen antiquísimo que también se conoce en otros lugares como moscatel romano, moscatel de Málaga o Muscat.

Viva Encinacorba, hombre ya


Precisamente esta variedad es una vieja conocida de las tierras zaragozanas. Su capacidad de concentración de azúcares hace que para lograr un buen vino dulce natural sea necesario un Moscatel de altura, en este caso vendimiado a más de 7oo metros de altitud para lograr el equilibrio entre acidez y dulzor. Los suelos francos y pedregosos de Encinacorba dejan un Moscatel muy muy maduro si se quiere. Y una vez en bodega se va a encabezar hasta los 15% de alcohol para después resistir 3 meses en americano que van a complexificar el conjunto.

 

Nota de Cata: Visualmente el color ámbar turbio con reflejos de oro viejo corresponden a un envejecimiento en barricas por tres (3) meses. Más piernas que en un cabaré. La densidad justifica el contenido alcohólico de 15% en este Vino de Licor (VDL). Si nos fijamos en la botella (al menos la que ha llegado a mis manos) se ven sustancias coloidales que evidencian una ausencia de filtrado. En el apartado olfativo aparece con claridad los recuerdos de naranja confitada y después notas de mosto de uva que es sello varietal del Moscatel, notas florales, albaricoque en confitura, cítricos en mermelada...herbales y de uva pasa sultana. En boca una lógica entrada dulce, desarrollo amplio y goloso con notas de fruta compotada, uva pasa, higo deshidratado e incluso melocotón en almíbar todo en clave de laminería. Denso, de gran potencia y volumen. Un final que evoca tostados, quemaos y torrificaos propios de un envejecimiento bien llevado que respeta la fruta y el goloso.

 

Un pueblo que enamora (no es el mío)

Para escribir este artículo nos desplazamos de propio a la aldea de Encinacorba, en cuyo escudo está la cuatribarrada, un árbol y una cruz blanca sobre fondo carmín. El pueblo es pequeño pero guarda joyitas a destacar como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Mar con un carácter mudéjar increíble. También es imprescindible la fuente de Santa Cruz del s. XVI que sacia la sed de todo el pueblo. Coronando la montaña de enfrente el pueblo está la ermita Virgen del Mar, de un mar de viñas, entiéndase. Vistas de infarto para ver de un golpe todo el área vitícola de la D.O. Cariñena.


Volviendo al vino, este formato de 50 cl ( botella nº 5084 ) está valorizado en casi 10 euros, un precio normal en los VDL con barrica.Recomiendo un servicio de 9º C para evitar la sensación alcohólica y empalagosa que tendría haciéndolo a 12º C. Y no, no pondría el maridaje de postre, hojaldre dulce y pastel que recomiendan mis amigos de GVV, sino un maridaje de oposición con un buen queso d'Auvergne cuyo equivalente ibérico sería el azúl de Valdeón, un producto leonés y también de altura y para realmente estar a la altura.





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