Entre
Aranda de Duero y Roa encontramos Gumiel del Mercado, lugar
donde se asienta el proyecto de Raúl Calvo Beltrán. Aquí, el río
Gromejón es el encargado de regular los rigurosos inviernos y los
fogosos veranos haciendo que el Tinto Fino dé lo mejor de sí mismo
en las 30 Ha familiares. Luego en bodega, parece haberse otorgado para este Joven Roble una
crianza de entre 5 y 6 meses en barrica. ¿Se habrán pasado o
no con el tostado de las barricas a tenor de la degustación ?
Comprobémoslo.
Nota de Cata: En vista gran opacidad pero con menisco aún en
juventud lógico. Las piernas esconden estructura por su grosor. En nariz a
priori salen notas empireumáticas, con buena carga de terciarios
y acoplándose con la evolución recuerdos de eucalipto. En boca
entrada dulce y golosa, con gran equilibrio entre frescor y fruta
madura (ciruela confitada, regaliz...) En segundo plano especia dulce
y no dulce. Desarrollo denso y carnoso, por lo que exige algo para
comer. Un final largo que pone el sello de Ribera del Duero.
Un
precio de 7 euros que es todo una declaración de intenciones:
codearse con los Robles más consagrados de la Denominación. Como he
dicho, su potencia en boca exige acompañar la copa a 12º C
con una tapa o una elaboración tradicional. Yo les propongo si
quieren: el cocido de Mesón 'El Viso' (Gumiel del Mercado), una
tosta de morcilla preparada en el restaurante Castillo de Izán (en
Gumiel de Izán), el tan típico lechazo castellano pero el
que preparan en mesón 'El Roble' (Aranda de Duero) o sino unas
croquetas de jamón en la barra del bar La Esquina (Aranda también).
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