El
rosado riojano exige un porcentage determinado de uva tinta, una uva
tinta permitida que podría ser la Garnacha (el caso de este
clarete), Tempranillo, Graciano, Cariñena o la Maturana. La
Garnacha hace aquí nada menos que el 8o% y, como blanca la Viura.
La elaboración, por prensado directo, da lo que se conoce en Rioja y
Navarra como clarete. Veamos pues este clarete del valle de San
Millán an la Rioja occidental.
Nota de Cata:
En vista color rosado provenzal con reflejos cobrizos en una tasca de
la C/ Portales de Logroño donde yo era el más joven. En nariz
aparecen cítricos como el pomelo o herbáceos todo en media
intensidad. Después, evolución hacia los florales o el cítrico
verde. Entrada en boca
seca, desarrollo fresco y afrutado
(fruta blanca de hueso aún en juventud). Final largo gracias a un
toque de especial blanca que junto al amargor elegante que recuarda al blanco de
la corteza de naranja.
La
bodega responsable se enclava en la Rioja Alta, a las afueras de Cordovín
(25 km al sur de Haro). Esta preciosa aldea, rodeada de viñedos es
ideal para perderse con la parienta y visitar sus más
de 5 bodegas 5
y acabar rezando un Padre Nuestro en la Iglesia de Santa María del
siglo XIX (19). Volviendo al vino, tiene un precio de 4
euros,
a Ustedes de probarlo o no. Como maridaje una tapa por la C/ el
Laurel, por ejemplo la clásica gabardina porque lo clásico siempre
es lo mejor.
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