Viña Tito 2017 (DO Campo de Borja): el vino 'para pecar' del párroco borjano

Llámame Tito – dijo el párroco a la joven gipsy mientras guardaba bajo la sotana su smart phone. Ella salió con un portazo que dejó al páter con sudores fríos y en la soledad de sus pensamientos. La conciencia no le permitía mirar lo que recién había obtenido. Resonaba en su cabeza el 9º Mandamiento como un martilleo, hasta que como poseído saltó de la silla y abrió el cajón de su escritorio con la llave parroquial. De allí saco una botella de Garnacha que reservaba para los momentos más bajos. Con la ayuda de sacacorchos y la copa plateada de Misa hizo el resto...

Nota de Cata: Capa media-alta, ese color que más adquirido por una larga maceración es también responsabilidad de ese sol borjano que recuece y asa toda la Garnacha de llanura, la que acabará en los súper de barrio y también en los cajones más libertinos. Su aromática, de baja intensidad invitaba a no recrearse, sino en ir al apartado gustativo. Entrada semi-dulce en boca, desarrollo goloso, confitura de frutos del bosque. Una discreta acidez daba el protagonismo para la confitura de fruta negra, negra como el infierno, como el hogar e Satanás. Paso corto y breve persistencia como no podía ser de otra manera para un tinto de 2'19 euros.

Tras aliviarse, 'Tito' se levantó de la silla y un mareo sacudió sus sienes. Miró por la ventana, ni un alma en la calle, sólo el ladrido de algún perro ponía banda sonora al bajón. Dejó la botella vacía al lado de la también vacía hucha de la parroquia y salió tambaleándose hacia la capilla, haciendo eses mientras se acercaba a Miguel, el jóven monaguillo. – ¡Miguel! – exclamó en tono imperativo. La mirada del infante encontró a la del párroco. – Vete al confesionario, hoy me vas a confesar tú...


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