Bodega
Vera de Estenas, a las puertas de Utiel y entre los ríos
Magro y Estenas es el origen de este blanco. Estamos pues en un
viñedo de valle, mediterráneo y fluvial donde conviven variedades
francesas con la autóctona Bobal en tintos. Y en blanco dos cépages
que además conviven en esta botella de blanco joven: Macabeo
y Chardonnay. El Macabeu ama el clima mediterráneo,
los suelos pobres y es muy productivo. El Chardonnay es la mejor
variedad blanca del planeta y se adaptaría hasta en Júpiter.
Nota de Cata: Color amarillo verdoso con reflejos plateados que
verifica la añada tan reciente. Muy brillante y sin defectos. Una
nariz seductora, compleja pues aún recuerdos de fruta blanca de hueso, fruta
cítricas, notas florales e incluso una reminiscencia mineral muy
fina. En boca entrada redonda, con un desarrollo elegantemente
amargoso y salino de buena persistencia. Un final cálido exhuberante que
trae intensos recuerdos de piel de limón y naranja valenciana que
nos transporta a los pintorescos campos frutales del levante más
interior.
Un
pvp de casi 5 euros
bastante interesante para los locales de hostelería. Precisamente en
uno de ellos, en Requena, La Despensa
de Sofía,
es donde lo probé. Allí los vinos de Utiel-Requena son protagonistas.
Pero la protagonista en verdad allí es Sofía, que con su melena
rubia y sus mallas XS hacen que este Estenas 2018 sepa aún mejor.
Servicio ideal a 11º C
y puede guardarse en bodega de 2 a 3 años. Como maridaje algo
ligero, una tapa o una elaboración estival. Yo les propongo una tapa de
bacalao confitado a baja Tª
y crujiente de su piel con caldo de callos y salteado de setas
nameco. Y me lo tomaría junto a una que yo me sé y una copita
botella de Estenas '18.
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