Qué bonito es saber que nuevos proyectos desafían a los consagrados tanto a nivel de talla de bodega como de zona de producción. Jesús Romero ha impulsado con su proyecto una zona muy conocida turísticamente en Aragón pero no tanto vinícolamente : el montañoso sureste de Teruel. Desde allí, desde Rubielos de Mora, ha dado el protagonismo que merecen a los conceptos terruño en altitud, vino de artesano y variedad autóctona rescatada, un combo ganador co-pilotado por uno de los mejores enólogos de España: Juanvi, con dilatada experiencia en Aragón, Valencia o Chile.
Nota de Cata: Un
assemblage Garnacha - Miguel d'Arco (Moristel en el Alto Aragón) de media opacidad que denota
una justa extracción, con disco que comienza a colorearse hacia los
tonos teja. Lágrima transparente y numerosa. Ni clarificado
ni filtrado porque el vino cuanto más lo meneas más lo jodes. En nariz
una fruta todopoderosa que después insinúa una trama balsámica para la complejidad. En
boca una entrada redonda típica de la Garnacha
que guarda el frescor y enseguida va a enlazar con notas afrutadas,
terrosas y especiadas. Final
cálido (14% vol.)
de tanino pulido y una estela de especia dulce confesando una crianza
de barrica de roble francés.
Estos
son los vinos que nos gustan, los que ponen en el mapa pueblos y
comarcas, los que rescatan variedades indígenas capaces de aportar
algo diferente. Cuando se respetan los ritmos y hay dedicación sólo
puede resultar una cosa: calidad. Una calidad que no es para nada
prohibitiva, 8'90
euros, y que descubrimos en Teruel capital, a 60 km de los parajes
de Pago alto y la loma de Rubielos de Mora de
donde sale esta materia prima, a 1000
metros de altitud además.
Creo que se ha notado que recomendamos esta referencia, así que si
se cruzan con ella no lo duden y saquen el monedero. Vale la pena.
Me parece excepcional para su precio.
ResponderEliminarSaludos