Bodega Jesús Romero – Rubus 2022 (Rubielos de Mora): Teruel ha venido para quedarse en el vino

La viticultura de montaña se fundamenta en dos pilares: la altitud y el terruño. La altura y el relieve montañoso ayudan a la vid a mantenerse siempre fresca, lo que es ideal para las variedades más cualitativas, como la Garnacha o el Tinto Fino. El terruño montañoso, a menudo rocoso, bien drenado y apenas fértil, aporta sensaciones en el vino más finas y complejas. Sólo los lugares elegidos pueden desarrollar grandes resultados en viticultura de montaña, como Chile, Saboya o el sureste de la provincia de Teruel.


Nota de Cata: Un Granacha -Tempranillo de capa muy profunda, disco en juventud (descorche en 2023) y lágrima densa que esconde 14% de vol. Recordar que este vino, fiel a un espítritu artesano, no se ha clarificado ni filtrado. En el apartado aromático aparece una fruta madura muy seria matizada por ecos de regaliz y especia. En boca una entrada redonda en equilibrio con el frescor, que pone en evidencia su origen montañoso. Desarrollo concentrado pero agradable, donde la fruta madura respaldada por los toques especiados le dan una buena estructura. Final cálido como augurábamos, sedoso, tanino domado y ninguna atisbo de SO2 de más. Bravo Juanvi.


Ya se habló en este blog de bodegas Jesús Romero y de la hermana mayor de este Rubus: la cuvée Quercus, una delicia donde aparece la variedad autóctona Miguel de Arco. Quercus tiene un precio cercano a nueve euros, y este Rubus, apenas 6 euros, que lo hacen un chollo. La gastronomía aragonesa es la que va a convertir este tinto en una experiencia. En primer lugar, unas magras de jamón D.O. Teruel de los hermanos Vivas. En segundo lugar, un conejo al chilindrón con una barra de pan de pueblo cerca. Finalmente las costillas de ternasco a la plancha, acompañadas de patatas panadera y la parienta. Mucho güeno.


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