During the Roman rule, Bulgarian viticulture was booming
until the Empire's collapse and sinking. This sector was not reborn
until the First Bulgarian Empire (681 to 1018), even
excessively. During the Byzantine Empire, viticulture is maintained
and evolves commercially thanks to its strategic position between the
West and the East. The Ottoman occupation of the Balkan peninsula (s.
XIV and XV) meant, despite Islamic law, the production of small-scale
wine.
A
Cabernet - Merlot - Syrah
of beautiful visual depth with a disc beginning to evolve. A medium
intensity nose with great fruit prominence. There you can specify a
juicy forest fruit (the plum easily) on a spicy background (black and
sweet spices). Round mouth entry. Very
fruity development, with a pleasant acidity.
Silky and enveloping mouthfeel with a great balance. Half body
structure. A warm (13% vol. alcool) and long finish thanks to its
spicy echoes that combine with juicy berry fruit and an already
melted tannin.
A
red wine with IGT
Thracian Valley
label valued at $7
by Menada wineries,
export taxes included. Its environmental richness explains why
viticulture developed here so soon, only surpassed early by the Asia
Minor lands, Nile Valley and the Caucasus. The Thrace Valley is home
to Bulgarian native red varieties such as the Mavrud
or
the Rubin
(hybrid between the Syrah and the Nebbiolo), however the French
varieties are always a guarantee of quality, so try this reference to
check it out!
Durante
el dominio romano la viticultura búlgara estuvo en auge hasta el
colapso y hundimiento del Imperio. Este sector no volvió a renacer
hasta el Primer Imperio Búlgaro (681 a 1018), de manera
incluso excesiva. Durante el imperio bizantino la viticultura se
mantiene y evoluciona comercialmente gracias a su posición
estratégica entre Occidente y Oriente. La ocupación otomana de la
península balcánica (s. XIV y XV) supuso, a pesar de la ley
islámica, la producción de vino a pequeña escala.
Un
Cabernet – Merlot – Syrah de bella profundidad visual con
un disco que comienza a evolucionar. Una nariz de media intensidad
con gran protagonismo para la fruta. Allí puede concretarse una
fruta del bosque jugosa (la ciruela facilmente) sobre un fondo
especiado (espacia negra y dulce). Entrada en boca redonda.
Desarrollo muy afrutado, con una agradable acidez. Textura
sedosa, envolvente y de gran equilibrio. Estructura de medio cuerpo.
Un final cálido (13% vol.) y largo gracias a sus ecos especiados que
se combinan con fruta de baya jugosa y con un tanino ya fundido.
Un tinto
de la IGT Valle de Tracia valorado en 6'40
euros por Menada wineries, tasas de exportación
incluídas. Su riqueza medioambiental
explica por qué la viticultura se desarrolló aquí tan pronto, sólo
superada en precocidad por las tierras de Asia Menor, valle del Nilo
y el Cáucaso. El Valle de Tracia es hogar de variedades autóctonas
búlgaras como el Mavrud o el Rubin (híbrido entre la
Syrah y el Nebbiolo), sin embargo las variedades francesas siempre
son garantía de calidad, ¡ y sino prueben esta referencia para
comprobarlo!
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