La denominación Manchuela está viviendo un punto de inflexión: por un lado su éxito en las exportaciones contrasta con el dilema de tomar un rumbo identitario para con sus variedades tintas y blancas. No olvidemos que las uvas de esta denominación se agrupan en variedades españolas, francesas y autóctonas de Manchuela, como son la tinta Moravia (dulce y agria), Rojal o la Frasco. Otros proyectos como Bodegas y Viñedos Ponce prefieren mirar al norte y apostar por la variedad-bandera de Aragón... ¡la Garnacha! haciendo su respetable interpretación de esta.
Nota de Cata: Corcho apenas calado en el 15 aniversario de la Bodega. Una media opacidad clásica ya en la aragonesísima variedad Garnacha. El color comienza a atejarse sólo cuatro años después de la cosecha, y es que la Garnacha posee un claro carácter oxidativo. Entrada boca suave y elegante. Desarrollo muy afrutado en todo momento, eclipsándose los siete meses en francés afortunadamente. Hay un frescor muy bienvenido que sostiene una estructura tímida en comparación con la Garnacha de Borja. Final de 13% vol. que deja una estela de fruta del bosque con toda su vivicidad rubricando una Garnacha diferente y recomendable.
Una Garnacha salida de la parcela Gastón donde predominan los materiales arcillo granítico y calizo, que es lo que garantiza ese frescor del que adolece la Garnacha de la D.O. Cariñena y Ribera Baja Navarra. Esta referencia está valorada en 9 euros donde se incluye la démarche ecológica que no es otra cosa que no meterle al vino conservantes ni venenos. En el apartado de maridajes hay que buscar los bares-Paco más famosos de Albacete y de Cuenca. Por ejemplo, en Fuentealbilla, en la tasca Verbena pidan sus caracoles. Como segunda opción la ración de oreja frita del bar Roma en Villapardo, Cuenca.
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