La variedad Cayetana es una uva blanca autóctona de Alentejo que se está adaptando poco a poco a los suelos extemeños. En tierras portuguesas produce blancos con cuerpo capaces de envejecer en barrica con gran dignidad. Sólo los mejores racimos de Cayetana puede justificar un monocépage, ya que de sobras es sabido que necesita de ensamblajes para ganar acidez en boca, ya sea complementado con la Bical, la Arinto o con el Sauvignon. Veamos esta versión cultivada en la Tierra de Barros.
Nota de Cata: Color amarillo paja de manual. En nariz, los aromas muy bloqueados por la gélida temperatura de servicio patrocinada por el restaurante al que fuimos, necesitan lógicamente tiempo obligándonos a esperar. Después, afortunadmente, aparecen ya las notas cítricas, florales y anisadas por fin. En boca entrada muy seca. Desarrollo denso y amplio como anunciábamos. Notas amargosas y herbales que recuerdan a los blanco de la naranja. Hay suficiente frescor. Final todavía denso, ligeramente amargo (sin dramatismos), y siempre seco.
Bodega situada a las afueras de Almendralejo, que ha arriesgado con un Antão Vaz que además es ecológico. Su relación calidad precio, de 8 euros lo hacen óptimo. No deje de visitar esta localidad pacense con un centro histórico elegante pero siempre con ese perfume rústico y campechano de sus aldeanos. A disfrutar este blanco en las tascas del pueblo ¿por qué no un arroz con liebre como el que prepara el mesón Lebrel en Mérida? Pero si quiere ir a lo seguro, póngale un platico del mejor jamón de España, el de Teruel, maride con unas magras de jamones Moraviejo, en Mora de Rubielos.
No lo conocía. así que apuntado queda.
ResponderEliminarUn saludo.
En mi modesta opinión creo que Extremadura ha subido muchisimo el nivel de calidad de los vinos blancos, hace unos años eran minoria.
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