En el corazón de La Mancha conquense, junto a Socuéllamos y Villarobledo, encontramos la pequeña aldea de Las Mesas. Allí, la quesería, el bar, la gasolinera y bodegas Gardel son el motor económico de este lugar abonado a la España Vacía. Sin embargo, un contrato con el levantino Vicente Gandía ha sido la oportunidad de poner el pueblo en el mapa hacia todos los clientes de una famosa cadena comercial alemana. Las condiciones eran claras: un blanco low-cost pero comprometido con la salud, el resultado es este Verdejo - Sauvignon:
Nota de Cata: Color plateado pálido, ya distinto de los paja, además esconde una cierta densidad que se ve en su lágrima. Nariz de media intensidad que revela un buffer de fruta blanca de pepita, herbales como heno o hinojo y cítricos sobre un fondo de tropicales. En boca una entrada seca (12% vol) o de ligera redondez. El desarrollo luce volumen y densidad (la justa, dentro de lo que es un low-cost entiéndase). Desarrollo de un agradable amargoso, siempre asociado al registro cítrico y herbal que te mete en la boca una palada de heno vacuno. Final limpio como pedía Vicente, sin excesos de sulfuroso, sin veneno.
Las reinas del sudeste español vuelven a imponerse a otras blancas regionales que están en retroceso como son la Airén, Macabeo, Pardillo o Albillo Real. El Verdejo pone la densidad, y el Sauviñón el frescor. Así de claro, fórmula simple. Los bodegueros no quieren complicaciones, quieren ir a lo seguro, y si te viene Mr Gandía y te abre las puertas del Aldi para venderlo a menos de 4 euros, no se hable más. Como maridaje, las tapas de los bares típicos manchegos, los bares Paco, los de la tragaperras y las servilletas por el suelo. Las de los parroquianos de 70 años que te piden con la mirada que los mandes al jardín de los quietos. ¿Qué tal los huevos rotos con jamón del mesón El Bodegón en Cuenca?¿ Y el pincho de tortilla del bar Ven y Ven junto a la gasolinera de Tébar? Pues eso.
Buen precio y producto diferente a lo habitual
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